Una necesidad de este siglo

flores a domicilioEn la medida que nos invaden el hormigón, el asfalto y el vidrio, el hombre siente, cada vez más, la necesidad de contactar con la naturaleza.

En las grandes urbes, muchas personas, hombres y mujeres, pasan horas encerradas entre cuatro paredes y, en la mayoría de los casos, delante de la pantalla del ordenador.

Siempre se ha dicho que el perro es el mejor amigo del hombre, pero, ¿alguna vez nos hemos parado a pensar lo que son para nosotros «NUESTRAS AMIGAS LAS FLORES»?

Las plantas son seres vivos que se conducen como la mayoría de las especies del reino animal. Nacen, viven y mueren. Su comportamiento es admirable; ejercen efectos benéficos o maléficos en nuestra vida y en nuestro organismo según que plantas y en qué forma las utilicemos, pero de eso hablaremos en sucesivos artículos.

A diferencia de los llamados animales de compañía, las plantas no nos piden más que agua, un poco de abono y cariño. No se suben a los sillones ni nos arañan las cortinas.

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¿Que sensación produce regalar y recibir flores?

regalar floresSin lugar a dudas, el regalo más bonito que se puede recibir son las flores. En algunas ocasiones pensamos, que no es un buen regalo porque son perecederas. Nada más alejado de la realidad, y si no haz la prueba, pregunta a alguien al que hayas mandado flores cómo era el ramo que recibió, aunque haya pasado mucho tiempo, seguro que lo recordará perfectamente.

Esto está demostrado científicamente. Cuándo una persona recibe flores el recuerdo de las mismas queda para siempre en su memoria más que cualquier otro regalo. Experiméntalo, te sorprenderá. Además cuándo alguien recibe flores sólo necesita saber de quién son para averiguar qué quiere decirle: te quiero, gracias, felicidades, lo siento, etc…

Cuándo alguién recibe flores, sabe siempre qué le quieren decir

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Regalar flores

La materialización de un momento irrepetible

Nunca me había gustado, hasta ahora, recibir como regalo un ramo o una flor natural. Me indignaba profundamente la crueldad de permitir morir algo tan bello.

Tanto más me indignaba cuanto más generoso fuera el chico que me lo regalaba.

Nunca quise la flor natural arrebatada de su espacio, robada a la naturaleza, desarraigada de sus orígenes…Tan mal me sentía, tan poco delicada… Ahora lo pienso y siento rabia y risa al recordar aquellos tiempos en que los chicos te regalaban flores.

Rabia, por no haber sabido valorar. Risa, de visualizar mentalmente las caritas de perplejidad de aquellos románticos empedernidos que te asaltaban en la adolescencia, ante una chica tremendamente desagradecida y ¿rara?

En cambio, ahora, cómo disfruto cuando alguien me regala flores…¡qué momento!, ¡qué instante!, ¡qué fugacidad!.

Por suerte, cada vez son más los románticos que te sorprenden  a modo de anuncio de desodorante, regalándote flores naturales.

Con la maceta me aseguraba la perdurabilidad de ese mágico instante en que te la regalan, en que te sientes tan fresca, tan llena de vida, tan perfumada, admirada o halagada. Sin embargo, en la actualiadad, puede enriquecerme de la magia de ese instante, de esa flor fresca, natural, porque cada momento de la vida es irrepetible y, ahí, en esa fugacidad es donde realmente puedo contemplar la belleza etérea de su majestuosa frescura.

Regalar flores naturales es algo más que un gesto de elegancia y buen gusto, es la materialización de un momento irrepetible.

Fdo. Belén