A todos nos gusta disfrutar de un jardín bien cuidado en verano en el que podamos relajarnos después de un largo día de trabajo, tomar el sol u organizar barbacoas con amigos. La cuestión es que, para que luzca precioso, es necesario prodigarle ciertos cuidados, especialmente en los meses de verano, cuando el calor puede terminar por dañar irreversiblemente nuestras plantas y flores.
Durante esta época, el riego diario y el abono periódico son imprescindibles, pero además debemos tener en cuenta que, si nos marchamos de vacaciones unos días, no podemos dejarlo desatendido. De lo contrario, todo el esfuerzo que hayamos hecho quedará completamente arruinado. Por eso hoy, en nuestra tienda de flores online, te damos algunos consejos sobre los cuidados que debes dar a tus plantas en verano, de manera que sobrelleven mucho mejor las altas temperaturas de estos meses.
1. Riego
Todas las plantas en verano necesitan riego diario, pero la cantidad de agua varía en función de la temperatura, la sequedad del ambiente, el ejemplar de planta, el tipo y el tamaño de la maceta, y el sustrato. Con lo cual, es importante que lo calcules para que reciban el agua necesaria, sin que sobre y sin que falte, ya que una cosa es tan mala como la otra. En cualquier caso, debes saber que los riegos espaciados y profundos son mucho más efectivos que los frecuentes y superficiales, ya que permiten que las raíces se desarrollen en busca de agua y que soporten mejor los periodos de sequía.
Además, para evitar quemaduras en las hojas y que la tierra conserve su humedad, es recomendable que siempre riegues al amanecer o al atardecer, pero nunca a pleno sol. Por otro lado, ten en cuenta que, si el agua de tu ciudad tiene mucha cal, añade un chorro de vinagre a la regadera y deja que repose durante la noche junto con un puñado de turba.
2. Abono
A mayor número de plantas con flores, mayor será la cantidad de abono que necesitarán tus plantas. El verano es una buena época para abonar las plantas, ya que es cuando se encuentran más activas y crecen más. De esta forma, le estaremos proporcionando a la tierra las vitaminas y nutrientes que necesitan.
En las tiendas especializadas encontrarás diferentes tipos y marcas de abono, pero los más recomendables son los orgánicos. Para las macetas, siempre es recomendable que sea abono líquido, ya que es más fácil dosificarlo junto con el agua de riego. Es importante que no te excedas, ya que podrías quemar la planta. Además, es importante que no eches abono nunca a una planta enferma y que esperes al menos un mes si acabas de hacer un trasplante.
3. Acolchado de la tierra
Muchas plantas necesitan que sus raíces queden abrigadas para evitar la deshidratación. Es el caso, por ejemplo, del clematis y del magnolio, pero generalmente todas las plantas lo agradecen. Para el acolchado de las macetas y jardineras, podemos usar corteza de pino, pero también grava o pequeñas piedrecitas. De esta forma, evitaremos que el agua se evapore y que el suelo se recaliente. No solamente ahorraremos agua, sino que además nuestras plantas nos lo agradecerán obsequiándonos con toda su belleza. Además, podemos usar el acolchado como ornamento, combinando las diferentes opciones entre sí. Por ejemplo, una mezzcla de ramas, cortezas, turbas y hojas.
4. Quitar las flores secas o pasadas
Las flores secas o pasadas, igual que las hojas amarillentas, deben ser retiradas para que no roben nutrientes y energías al resto de las flores que sí están sanas. Si no se eliminan, puede provocar que la planta no crezca adecuadamente y que no dé nuevos capullos. Para arrancar una flor, solamente tienes que cortar el tallo justo en la base de la flor.
5. Limpia las hojas de tus plantas
Además, es importante que limpies las hojas de las plantas en verano. El motivo es que, durante este tiempo se irán acumulando en las partes aéreas, impidiendo que el oxígeno llegue a través de las hojas y que reciban la luz que necesitan, lo que muy perjudicial para su crecimiento. Límpialas pasando un paño humedecido con mucho cuidado por cada una de las hojas.