Una de las constumbres que se están recuperando es la pedida de mano, quizás sin el cararcter solemne y protocolario que tenía tiempos atrás para convertirse en una reunión donde ambas familias e incluso algunos amigos íntimos tienen una fiesta preboda realmente bonita y gratificante.
Las flores, como es lógico, no son ajenas a este acto tan especial; así el novio enviará a la novia un gran ramo de rosas, si nos hacemos caso de la tradición estas han de ser blancas. A su futura suegra le enviará otro ramo pero en este caso no serán rosas y debe ser de menor tamaño que el de la novia.
Los padres del novio también han de enviar flores a casa de la novia pero estas han de ser flores variadas de no más de 2 ó 3 colores mientras que los amigos de los novios aún no asistiendo a la reunión es costumbre que agasajen a la novia deseándole lo mejor con flores en tonos muy alegres y en ningún caso rosas.
Si después de la pedida se celebra una cena en casa, el color del mantel debe ser también blanco, sobre el cual pondremos flores blancas (rosas) y si fueren de otro color estos tienen que ser muy suaves y así contribuir a que el ambiente sea relajante y agradable. En cualquier caso las flores son imprescindibles.
Como curiosidad podemos comentar sin temor a equivocarnos que algunos novios están más nerviosos en esta reunión que en la boda.