Las flores cumplen una función importante dentro de la sociedad que vivimos. No es un regalo cualquiera. Las flores dicen mucho más que cualquier otro; transmiten nuestros sentimientos y cumplen una función protocolaria y de cortesía.
Dependiendo del tipo de acontecimiento debemos obrar de forma diferente.
Si nos invitan a cenar a una casa podemos hacer dos cosas: llevar flores nosotros personalmente, o mandar flores a través del reparto de la floristería.
Si las mandamos con antelación pero el mismo día, le daremos tiempo a la anfitriona a colocarlas y así poder adornar la estancia con ellas. Es muy importante que la tarjeta que acompañe esté escrita a mano.
Si las llevamos personalmente, no debemos aparecer con un centro para la mesa, pues obligaremos a la anfitriona a ponerlas y quizás los colores de las flores no combinen con el mantel.
Si nos olvidamos y no hemos mandado flores con anterioridad no dejar de mandarlas al día siguiente de la cena como agradecimiento, pero nunca más tarde.
Lo que si tenemos que tener en cuenta es que a una invitación de este tipo siempre se debe de corresponder con flores, no importa que llevemos otra cosa porque las circunstancias así lo requieran, pero las flores naturales no pueden faltar.